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                   Foto:  https://www.facebook.com/ 
                    
                  ANDRÉS DÍAZ NÚÑEZ 
                  ( Perú ) 
                    
                  Seudónimo:  Natalio Chachapacho.  
                    
                  Nació en  Chames, distrito de Conchán, provincia de Chota, departamento de Cajamarca, el  1 de Diciembre de 1943. Sus estudios primarios los hizo en el caserío de  Chalamarca y los concluyó en Paccha, sus estudios secundarios los realizó en el  colegio nacional “San Juan” de Chota en condición de alumno becado por ocupar  uno de los primeros puestos en cuarto y quinto de primaria, posteriormente  ingresó a la Universidad de Trujillo en el programa de Educación, en la  especialidad de Lengua y Literatura. Luego en 1969 inicia su labor docente en  el Colegio Nacional “San José” y en la escuela Normal Superior Enrique López y como catedrático em la Universidad  Nacional “Pedro Ruíz Gallo” de Lambayeque.  
                    Obtuvo el Primer Puesto en los Juegos Florales de la Unión Nacional de  Escritores y Artistas. 
  Obras:”Piedra dura y corazón sensible” (Poesía).  
                    
                  TEXTOS  EN ESPAÑOL  -  TEXTOS EM PORTUGUÊS  
                    
                  
                  VARGAS,  José Guiilllermo, compilador.  Las  Voces Encantadas.  Lima: Maribelina – Casa del Poeta Peruano, 2016.   246 p.    
                                                                                     Ej. bibl. Antonio Miranda 
                    
                  CREPÚSCULO 
                     
                    Amanecieron las aguas  más turbias, 
                      los pinos más solos, más pensativos; 
                      las flores más pálidas y mustias, 
                      los enfermos con más dolor, más gritos. 
   
                      La luna ocultó su alegre mirada 
                      tras unas nubes negras y espesas. 
                      Un pájaro que contento trinaba 
                      perdió la voz donde las azaleas. 
   
                      El viento empolvó el rostro de la casa, 
                      los años se hundieron en las paredes; 
                      el silencio creció como un fantasma. 
   
                      La polillas picaron la guitarra, 
                      el tiempo oxidó las débiles cuerdas 
                      y los dedos del que solía tocarla. 
   
   
  DIVINA  LUZ 
   
  Divina luz que a mi rostro iluminas 
                      cual fulgor de tu inocente mirada; 
                      divina luz que en mis noches caminas 
                      dándome lagos de agua azulada. 
                      ¡Ay luz! que por mi ventana ingresas 
                      hacia el tálamo de mi alma dormida 
                      luego, como relámpago, regresas 
                      y dejas en noche espesa mi vida. 
                      Si me traes noche y un mar de llanto, 
                      ya no me des vida, deja que muera 
                      para descansar en el campo santo. 
                      Y así en cada hora fresca y mañanera 
                      llegue a mi tumba tan solo el canto 
                      del viento o de una ave agorera.  
                    
                  TEXTOS  EM PORTUGUÊS 
                  Tradução  livre: ANTONIO MIRANDA  
                    
                  CREPÚSCULO 
                     
                    Amanheceram as águas  mais nubladas, 
                      los pinheiros mais solitários, mais pensativos; 
                      as flores mais pálidas e  lânguidas, 
                      os enfermos mais doloridos, mais gritos. 
   
                      A lua ocultou su alegre mirada 
                      detrás de nuvens negras e espessas. 
                      Um pássaro que contente trinava 
                      perdeu a voz aonde las azaleias. 
   
                      O vento empueirou a fase da casa, 
                      os anos se afundaram pelas paredes; 
                      o silêncio cresceu como um fantasma. 
   
                      As traças picaram a guitarra, 
                      o tempo oxidou as débeis cordas 
                      e os dedos do que acostumava tocá-la. 
   
   
  DIVINA  LUZ 
   
  Divina luz que o meu rosto iluminas 
                      qual fulgor de tua inocente mirada; 
                      divina luz que em minhas noches caminhas 
                      dando-me lagos de água azulada. 
                      Ai luz! que pela janela ingressas 
                      até el tálamo de minha alma dormida 
                      depois, como relâmpago, regressas 
                      e deixas na noite espesa minha vida. 
                      Se me trazes a noite e um mar de pranto, 
                      não me dês mais vida, deixa que eu morra 
                      para descansar no campo santo. 
                      E assim em cada hora fresca e matutina 
                      chegue ao meu túmulo apenas o canto 
                      del viento o de una ave agoreira. 
                    
                    
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                  http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/peru/peru.html  
                    
                  Página publicada em março de 2022 
                    
                
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